Los verdes portugueses y EQUO están trabajando conjuntamente para conseguir la paralización definitiva de la mina de uranio en la frontera entre ambos países. Ambos partidos han mantenido reuniones, y consideran que la Junta de Castilla y León habría incumplido la legislación europea al no comunicar a Portugal los impactos y consecuencias de este proyecto transfronterizo.
En este sentido, el partido verde portugués ha presentado una pregunta parlamentaria para plantear cuál es el grado de conocimiento del Gobierno portugués sobre el proyecto y si sabe de los riesgos para el medio ambiente y para la salud pública que entraña la minería de uranio a cielo abierto.
Por su parte EQUO continúa presionando para que el proyecto se abandone definitivamente tanto por el potencial riesgo que implica para la zona, así como por las sospechas de tráfico de influencias en el visto bueno que le concedió la Unión Europea. Especialmente por la posible influencia que tuvo Manuel Lamela, ex subsecretario de Agricultura con Arias Cañete, en el dictamen positivo de la Comisión Europea, y que correspondería a un departamento dependiente del actual comisario de energía.
La extracción y la minería del uranio es una actividad de alto riesgo dado el potencial de este mineral radiactivo. Una actividad con impactos significativos en la salud pública y el medio ambiente, cuyas consecuencias duran muchos años. Además, es muy difícil de controlar la dispersión de la radioactividad subyacente que aumenta sustancialmente con la eliminación de mineral de uranio del subsuelo y su consecuente exposición a la superficie.